Cómo y por qué el transporte marítimo podría reducir sus emisiones entre 36% y 47% hasta 2030

El transporte marítimo está en condiciones de reducir sus emisiones entre un 36% y un 47% de aquí a 2030 en comparación con los niveles de 2008, y eso supondría un aumento de alrededor del 10% del coste total de las operaciones.

Los datos surgen de un estudio encargado por Transport & EnvironmentSeas at RiskOcean Conservancy y Pacific Environment a CE Delft, una organización independiente de investigación y consultoría especializada en desarrollar soluciones innovadoras a problemas medioambientales.

La presentación se hizo hoy, el mismo día en el que los 175 Estados miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI), retoman las negociaciones para revisar la estrategia sobre Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la descarbonización del sector,   con el objetivo de “ofrecer a los responsables políticos pruebas fehacientes de que esos objetivos son viables desde el punto de vista económico y tecnológico”, informaron las organizaciones ambientalistas.

 

Cómo y cuánto

¿Cómo podría alcanzarse esa meta? El estudio destaca tres ejes centrales: si el sector utiliza entre un 5% y un 10% de combustibles con emisiones nulas o casi nulas, tecnología eólica y una “optimización climática” de la velocidad de los buques.

Respecto del costado económico de la reducción de emisiones –un punto que preocupa especialmente a los países menos desarrollados y más lejanos de los principales mercados globales, como la Argentina y Brasil-, el trabajo de CE Delft señala que “reducir las emisiones a la mitad en esta década sólo supondría un aumento de alrededor del 10% del coste total de las operaciones de transporte marítimo, una suma que quedaría empequeñecida por el coste de los daños relacionados con el clima para la industria y la sociedad en general si el transporte marítimo no consigue reducir las emisiones”.

Los grupos de la sociedad civil piden a los 175 Estados miembros de la OMI que apoyen “de modo urgente” la reducción a la mitad de las emisiones del transporte marítimo para 2030 y que lleguen a cero en 2040 para situar al sector en la senda de “cero emisiones” necesaria para alcanzar el límite de calentamiento de 1,5 °C estipulado en el Acuerdo de París.

De acuerdo con estudios del University College de Londres citados en el trabajo, cada año de inacción en esta década añadirían 100.000 millones de dólares más al coste de la descarbonización del transporte marítimo.

 

Acelerar los tiempos

La OMI está revisando sus objetivos climáticos actuales, que buscan reducir a la mitad las emisiones de los buques para 2050. El Grupo de Trabajo Intersesional (ISWG-GHG-15) deliberará desde hoy hasta el próximo viernes, y entre el 3 y el 7 de julio, se desarrollará la 80ª sesión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 80).

En la última ronda de conversaciones del Grupo de Trabajo Intersesional, en marzo, 145 países se mostraron de acuerdo con que el transporte marítimo alcance las emisiones cero en 2050. De acuerdo con la información distribuida por las organizaciones ambientalistas, también aumentó el apoyo a la idea de adelantar la adopción de medidas urgentes.

 

En el comunicado destacan que “Cero emisiones para 2040” es ya el objetivo de Maersk, la segunda naviera de contenedores del mundo, que confía en que esa fecha sea tecnológicamente posible y práctica. “Muchos de los mayores compradores de flete marítimo del mundo, como Amazon, IKEA y Unilever, se han comprometido a cambiar progresivamente todas sus reservas de carga a buques de emisiones cero para alcanzar el 100% en 2040”, dijeron.

Y añadieron que el Banco Mundial, el Centro Maersk Mc-Kinney Moller, el Instituto de Ingeniería, Ciencia y Tecnología Marinas, y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático también pidieron a la OMI que reduzca las emisiones de los buques antes de 2030.

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“Los países y las compañías navieras han planteado preocupaciones reales sobre la viabilidad tecnológica y económica de alcanzar el objetivo de reducir a la mitad las emisiones de aquí a 2030. Este análisis demuestra claramente que estas reducciones son posibles y que los costes no son un obstáculo. Las pruebas no podían llegar en mejor momento. La OMI no debe desaprovechar la que puede ser la última oportunidad de encarrilar el transporte marítimo para evitar un desastre climático”, opinó Delaine McCullough, de Ocean Conservancy.

 

Pruebas científicas

“La ciencia es muy clara: las emisiones del transporte marítimo tienen que reducirse a la mitad para 2030 si queremos tener alguna posibilidad de mantener el calentamiento por debajo del límite de temperatura de 1,5 °C establecido en el Acuerdo de París. Lo que no estaba tan claro hasta ahora era si esto era posible sin afectar al comercio. Ahora no sólo sabemos que es posible y que el transporte marítimo tiene una vía clara para reducir a la mitad su impacto climático de aquí a 2030, sino que puede hacerlo con un coste mínimo”, dijo John Maggs, de Seas at Risk.

A su turno, Faïg Abbasov, de Transport & Environment, comentó: “Esperar a 2050 para descarbonizar es como esperar a que se incendie la casa para llamar a los bomberos. Sería irresponsable y falso. La ciencia dice que reducir las emisiones a la mitad de aquí a 2030 es técnicamente posible, y los costes son asumibles. Lo que hace falta es voluntad política; la OMI tiene que dar un paso al frente o abandonar el barco”.

 

Puntos principales

El objetivo del trabajo encargado a CE Delft fue analizar cuantitativamente las trayectorias de emisiones de GEI del transporte marítimo hacia 2030 que arrojen las emisiones mínimas técnicamente posibles para ese año. A continuación, las principales conclusiones del trabajo:

  • Es técnicamente posible reducir las emisiones del transporte marítimo entre un 28% y un 47% para 2030, en relación con 2008.
  • Para lograr eso, se requiere de:
  1. una reducción de la velocidad del 20-30% respecto a 2018;
  2. la adopción generalizada de la propulsión asistida por el viento en los buques en los que sea técnicamente viable hacerlo;
  3. que entre 5 y 10% de la energía que se utiliza proceda de combustibles sin GEI.
  • La aplicación de estas medidas aumentaría los costes del transporte marítimo entre un 6 y un 14% de media, en relación con el modelo de statu quo.
  • Aproximadamente la mitad de las reducciones de emisiones se derivan de velocidades más bajas y otras medidas operativas; una cuarta parte, de la propulsión asistida por el viento y otras medidas técnicas, y otra cuarta parte del uso de combustibles con cero o casi cero GEI.

Por Tradenews

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